Víctor Pujol de Lara
Se podría argumentar que el siglo XXI no comenzó con los atentados terroristas del 11 de septiembre, sino con la caída del muro de Berlín en 1989. A esa crisis geopolítica le siguió la provocada por el terrorismo yihadista, que se inició en 2001 y que fue sucedida por la económica de 2008. En 2020, la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2, parece encaminada a combinar los efectos nefastos de las tres anteriores. Crisis parece ser el estado habitual del siglo XXI.
El presidente del Gobierno de España ha calificado esta crisis como “guerra”. En estas líneas se pretende enfocar este desigual combate, desde el punto de vista de la seguridad y la estrategia militar y exponer la necesidad de desarrollar una estrategia nacional integral de gestión de crisis. Este concepto deriva del enfoque integral de la Alianza Atlántica. Las lecciones aprendidas en operaciones han supuesto un cambio de mentalidad de la doctrina de contrainsurgencia y estabilización. La Alianza reconoce que el instrumento militar no es suficiente para solucionar conflictos bélicos como Afganistán y por ello es necesario el empleo de medios militares, políticos y sociales de manera coordinada. Extrapolando este concepto a la crisis sanitaria, el empleo de medidas sanitarias no es suficiente para resolver satisfactoriamente una crisis como la del COVID-19. Aunque la estrategia sanitaria sea esencial, debe estar acompañada de medidas fiscales, económicos, políticas, militares y sociales que mitiguen los efectos de la crisis y faciliten una salida lo más rápida de la misma. Para ello hace falta el pensamiento estratégico que ha estado ausente en las decisiones tomadas hasta el momento.
Al escribir estas líneas la “guerra” no ha terminado. Por ello, se examinará la pandemia de COVID-19 como una campaña militar cuyo teatro de operaciones es España. Se estudian aspectos significativos como el liderazgo y las estrategias de los bandos enfrentados, el desarrollo de la campaña y se evalúan los aspectos más significativos de ella, usando como referencia los principios establecidos por la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) de 2017. Este enfoque estratégico militar se considera pertinente por la complejidad de la situación y para aportar un punto de vista diferente al puramente de salud pública, que ha sido el adoptado hasta el momento. En los últimos años, unidades de las Fuerzas Armadas españolas integradas en estructuras multinacionales se han desplegado en un gran número de campañas en el marco de Naciones Unidas, la Unión Europea o la Alianza Atlántica, adquiriendo experiencia y conocimiento en el llamado enfoque integral de las operaciones, la construcción nacional y las operaciones de paz o estabilización. Por lo tanto, esa experiencia puede ser extrapolada para un enfoque más global de esta crisis. Seguir leyendo
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Víctor Pujol de Lara, analista de Defensa
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