Ignacio Cosidó
Los europeos hemos denominado desde la época romana al mar Mediterráneo como el “Mare Nostrum”. Sin embargo, las tendencias geoestratégicas actuales hacen que el Mediterráneo empiece a ser cada vez más para nosotros un “Mare Aliorum”, un mar de los otros, un mar ajeno. El repliegue estratégico de Estados Unidos y la ausencia de una presencia efectiva de la Unión Europea hace que otras potencias empiecen a tener no solo mayor presencia, sino un control estratégico de diferentes partes de este mar. Rusia, Turquía, Irán, China, los países del Golfo, son algunos de los nuevos actores que ejercen creciente influencia en varias de las zonas más sensibles.
La inestabilidad y los conflictos se extienden en varios puntos. La guerra civil continua en Libia y Siria, Turquía mantiene una política expansionista en las aguas del Mediterráneo Oriental, Marruecos ha abierto una crisis diplomática con España, la rivalidad de este país con Argelia se mantiene acervada por la cuestión del Sahara Occidental, la seguridad en el Sahel se deteriora. Persisten tanto la amenaza del terrorismo como los flujos de inmigración irregular hacia Europa. Todo ello alumbra un nuevo desorden en un Mediterráneo más inestable, con mayor número de actores, más fraccionado estratégicamente y con mayor potencial para que surjan nuevos conflictos o se agraven algunos de los ya existentes. En esta situación la Unión Europea es la gran ausente estratégica en el Mediterráneo. (Seguir leyendo)
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Ignacio Cosidó es director del Centro de Seguridad Internacional (CSI) de la Universidad Francisco de Vitoria.
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