"Aún conservo en mi mente la imagen de aquellas fotos de mi primer desplazamiento a Sudán. Las exhibió mi anfitriona sudanesa con ocasión de una sencilla recepción por mi llegada. En blanco y negro, recogían una celebración social en una piscina local. Unos y otras vestían prendas de figurín, que bien podrían representar cualquier fiesta en Londres o Madrid en aquella época. Solo el color de su piel delataba su africanidad. Eran los años setenta, y la gente bien sudanesa aún conservaba muchos vestigios de la colonización inglesa." (seguir leyendo)
- Centro para el Bien Común Global
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