Dr. Enrique Fojón
Rusia ha venido librando una guerra no declarada contra Ucrania desde mucho antes de febrero de 2022. La invasión comenzó hace ocho años, con la anexión de Crimea y la intervención militar junto a los separatistas en el este de Ucrania. En 2021, Rusia comenzó a concentrar tropas en la frontera con Ucrania. Las agencias de inteligencia advirtieron de una invasión inminente. Aun así, el mundo se sorprendió cuando llegó la noticia de la invasión. Solo entonces se entendió que había más en juego que un ataque a la soberanía e integridad territorial de un país en medio de Europa, en violación del derecho internacional. Se opina en diversos círculos que el presidente ruso, Vladimir Putin, inició una guerra para establecer un nuevo Orden Mundial, o más bien uno antiguo, que se remonta a antes de la implosión de la Unión Soviética.
La amenaza rusa fue subestimada porque las élites políticas de Estados Unidos y Europa habían dejado de considerar la posibilidad de una guerra a gran escala en Europa. Se habían acostumbrado a las ilusiones del “Fin de la Historia” de principios de la década de 1990, cuando el desenlace de la Guerra Fría llevó a los dividendos de la paz. Rusia bajo Boris Yeltsin se dispuso a adoptar la democracia y una economía de mercado. La liberalización y el auge económico de China llevaron a muchos a creer que el cambio político vendría a través del comercio. La esperanza era que bajo la “Pax Americana”, la globalización, la modernización y la utopía multilateralista superarían al nacionalismo. La UE fue vista como el heraldo hacia un gobierno global. Las amenazas más candentes para la humanidad fueron el agujero en la capa de ozono, la contaminación y el cambio climático. (Seguir leyendo)
___________
Enrique Fojón, investigador del Centro de Seguridad Internacional (CSI) y Coronel de Infantería de Marina (Ret).
Comments