Sixto García
Me han pedido que escriba unas páginas sobre el eminente teólogo jesuita Karl Rahner (1904-1984), más específicamente, sobre la incidencia de su teología en el ambiente religioso, espiritual y cultural del pueblo cubano. Para aquellos que conocen a Rahner y su pensamiento filosófico y teológico (personalmente, lo considero el padre de mi espiritualidad y teología) se impone inevitablemente la pregunta: ¿Qué tiene que ver este brillante pensador alemán, uno de los dos o tres principales arquitectos de la enseñanza del Concilio Vaticano II, cuyas únicas visitas al hemisferio occidental fueron dos viajes a los EE.UU., en 1966, y (creo) en 1978, que nunca estuvo en Cuba, con la historia, la cultura y la situación política de nuestra querida Isla?
Hace ya varios años, el Dr. Antonio López, mi colega en el Seminario de San Vicente de Paúl (St. Vincent de Paul), donde enseñé 30 años, me confió la siguiente anécdota: sus años de estudios doctorales en la Universidad de Fordham, en New York, coincidieron con la visita de Rahner a esa ciudad. Los profesores de Fordham le pidieron a Toni que le diera un paseo a Rahner por la gran metrópolis. En el camino, Rahner le confió a Toni que, durante sus años de teología básica en Valkenburg, Holanda, oyó hablar del P. Felipe Rey de Castro, jesuita, que había cursado su teología básica en la misma institución. El Padre Rey fue luego director de la Agrupación Católica Universitaria en Cuba. Tan impresionado quedó Rahner con la fama del Padre Rey, con su espiritualidad, su inteligencia, su capacidad de discernimiento, que, según le confió a Toni, le pasó por la cabeza pedir a sus superiores ser enviado a Cuba como misionero. Queda a la imaginación de los lectores que conocen tanto la historia de la ACU como el impacto de Rahner en la Iglesia y en el desempeño teológico, el pensar qué hubiera sido de la Iglesia en Cuba -¡de la Iglesia universal!– y del futuro de la teología si su deseo inicial hubiera llegado a fruición.
Luego, tengo un cierto fundamento histórico para imaginarme cómo la teología de Rahner, en sus rasgos fundamentales, puede hablarle a la Cuba de hoy –al pueblo cubano, y a la Iglesia católica,específicamente en tres áreas fundamentales: el “daño” o “impacto antropológico”, es decir, la transformación fundamental del cubano en su persona, en su auto-percepción de sí mismo, como un ser sujeto al capricho aprisionador de ideologías que mutilan su identidad y su destino último –sobre todo, en su evaluación, consciente o inconsciente, de lo que significa ser un ser humano; el compromiso o la apatía del pueblo ante las situaciones y cambios socio-políticos; y por último, una posible “sacudida” profética a una Iglesia tentada a conformarse con actitudes y prácticas asistencialistas, desvinculadas de la fe y el magisterio social de la Iglesia (o, si se quiere, de lo que se llama comúnmente Doctrina Social de la Iglesia).
Quisiera desarrollar mi reflexión siguiendo la lógica antropocéntrica de Rahner –o sea, una “teología desde abajo” (o: “Cristología desde abajo”), a partir no de dogmas o doctrinas, sino del ser humano concreto. (Leer más)
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Sixto García, Ph.D.
Doctor en Teología Sistemática y Filosófica y Estudios del Nuevo Testamento por la Universidad de Notre Dame, USA, 1986. Profesor de Teología Sistemática y Filosófica, Estudios de Nuevo Testamento, y Griego Antiguo (jubilado), Seminario Regional San Vicente de Paul 1980-1982; 1986-2014. Profesor Adjunto de Teología, Barry University, 1989-1993. Ha dictado numerosas conferencias y alocuciones ante sociedades y congresos académicos. Vive en Florida, Estados Unidos.
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