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  • Centro para el Bien Común Global

Certidumbres e incertidumbres en Ucrania

Fernando del Pozo 

La injustificada e inaudita agresión rusa a Ucrania que comenzó el 24 de febrero pasado creó un número de indeseables incertidumbres en la asendereada comunidad internacional. Algunas de esas incertidumbres se han ido resolviendo, mientras que desafortunadamente otras nuevas han aparecido. Aunque unas y otras responden a diferentes formulaciones parciales de la gran pregunta, que es cómo y cuándo acabará esto, llámese guerra u “operación militar especial” como ridículamente insiste en denominarla el Presidente Putin, conviene analizarlas cuidadosa y separadamente para mejor preparar la política internacional post-conflicto. 



Planeando sobre todas esas incertidumbres está una incógnita, teórica pero relevante, que es que esta guerra no parece encajar en la famosa afirmación de Tucídides, según el cual las naciones van a la guerra sólo por tres razones: honor, miedo o codicia (timé, phobos, ophelia). Es difícil atribuir los motivos de Putin a ninguno de estos apartados, aunque la música de fondo de muchas de sus manifestaciones es que se trata de una guerra preventiva (evidentemente, nadie estaba atacando a Rusia), olvidando lo que dijo Otto von Bismark: “Una guerra preventiva es cometer suicidio por miedo a morir”, lo que apuntaría al miedo (phobos) como causa mediata. Sin embargo su actitud, sobre todo la inicial, no parece encajar en ese estado de ánimo, más bien al contrario, la bravuconería parecía y aún parece ser el denominador común de sus declaraciones. Parece por tanto que su guía al decidir la invasión fue en cambio Friedrich Nietzsche en Así habló Zaratustra: “Me dices que una buena causa justifica una guerra. Yo te digo sin embargo que una buena guerra justifica una causa”. 


La primera cuestión que surgió, bastante obvia, es quién ganaría esa guerra. Aunque no podemos contestarlo de manera taxativa, sí podemos afirmar que Rusia la ha perdido. Para hacer esta afirmación, que es independiente de la situación sobre el terreno en un momento dado, no tenemos más que comparar los objetivos declarados por el agresor con los resultados obtenidos, la mayor parte de los cuales son irreversibles. (Seguir leyendo) 

  

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Fernando del Pozo, Almirante (Ret). De la Academia de las Ciencias y las Artes Militares 

  

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