Andrés de Castro
Iraq ha cumplido en 2021 su primer centenario de existencia “independiente” tras el periodo colonial británico. Antes y después de la llegada al poder del Partido Árabe y Socialista Baa´th, el nivel de relación entre Occidente e Iraq fue muy alto, fruto de las dinámicas de poder regionales y de la histórica vinculación entre las potencias occidentales e Iraq.
Tras la invasión de Iraq en 2003 se disolvieron el referido partido único y las fuerzas armadas, ideándose, por parte de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA por sus siglas en inglés), un modelo democrático para Iraq. Lo anterior tiene lugar a través de la redacción de una constitución, de 2005, en la que se diseña un sistema que de facto margina a los árabes suníes y empodera a chiíes (árabes) y kurdos (suníes).
El gran desconocimiento de la Coalición sobre la realidad de Oriente Medio en general y de Iraq en particular es fácilmente visible a lo largo de las últimas dos décadas de presencia en Iraq. Mientras que el conocimiento de los iraquíes sobre Occidente es mucho mayor, fruto de relaciones coloniales de subordinación durante varios cientos de años. En estos últimos dieciocho años, la Coalición ha tenido una presencia militar muy variable en el país dependiendo de las dinámicas internas, primero para hacer frente al control inicial del país (y a las embestidas de grupos como el de Muqtada al-Sadr) y años después, para responder a la amenaza de DAESH. (Seguir leyendo)
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Andrés de Castro, Profesor de Relaciones Internacionales de la UNED. Colaborador del Centro de Seguridad Internacional del Instituto de Política Internacional.
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